Hablemos de la muerte con los niños por Alejandro Nespral

Alejandro nos cuenta la importancia de hablar de la muerte con los niños. Alejandro es padre, hijo, pediatra, poeta, músico, corredor amateur, idealista e ideador. Trabaja en el Servicio de Cuidados Paliativos del Hospital Zonal Bariloche. Junto a unos amigos creó en el 2015 la Fundación Ideas Paliativas en Acción, desde donde piensan y desarrollan proyectos destinados a difundir los cuidados paliativos y la cultura del cuidado, especialmente vinculados a enfermedades, muerte y duelo.

Alejandro nos habla de la muerte con los niños. ¿Es un tema de la infancia? ¿Deberíamos hablarles a los niños de la muerte?

Definitivamente si es un tema de la infancia porque entre otras cosas los niños son curiosos y la muerte es un misterio. Los niños ven la muerte a diario en la naturaleza, la escuchan en los cuentos que les cuentan por la noche y a veces la tienen que vivir cuando pierden a un ser querido. Todo esto sucede mucho más allá de lo que les genere la muerte a los adultos, los niños juegan a la muerte, como cuando juegan con una espada de manera a ver quien "muere" primero. Pero a veces cuando necesitan hablar de este tema se encuentran con un gran obstáculo, los adultos.  

- ¿Cómo le voy a hablar de muerte a un niño? / Encima que se murió su abuelo voy a sacarle el tema...

Los adultos evitan este tema asegurando que los niños son muy pequeños para entenderlo, quieren ahorrarles sufrimiento... pero quizá lo que necesitan los niños es normalizarlo y no evitarlo. 

No hay que dejar un tema tan importante al azar, hay que cuidarlo, tratarlo...

En la entevista Alejandro cuenta una anécdota muy curiosa. Él trabaja en cuidados paliativos en un hospital y después de estar muchos meses con una señora mayor con un cáncer muy avanzado un día la hija de esta mujer le llamó para decirle que su madre había muerto. Él fue a su casa y le preguntó a la mujer si podía hacer algo por ella, a lo que ella le respondió si podía hablar con su hija pequeña de 4 años. Alejandro se acercó a la niña y le preguntó cómo estaba, a lo que la niña no respondió. Entonces le pregunto que qué hacia toda esa gente reunida allí y la niña comenzó a hablar. Les contenstó que su abuela había muerto y le preguntó si sabía lo que era la muerte. Y le explicó que la muerte es irse de viaje saltando de nube en nube y como más arriba de las nubes están las estrellas, de estrella en estrella hasta encontrar la estrella más bonita. Les contó que al final su abuela estaba muy triste y había muerto de tristeza. Les dijo que su mamá estaba muy triste, estaba llorando y llegó a la conclusión de que su mamá iba a morirse de tristeza. Ahí es donde intervino Alejandro y le dijo que su mamá estaba triste ahora pero poco a poco esa tristeza iba a convertirse en otro sentimiento. Así es como Alejandró evitó que esa niña de 4 años uniera conceptos equivocados.

¿Cómo hablamos de la muerte con los niños? Sin miedo

Y si tienes miedo, atravesando el miedo. Porque les decimos a los niños que tienen que ser valientes, pero ser valiente no es no tener miedo, ser valiente es saber qué hacer con ese miedo.

Es importante encarar estas conversaciones reflexionando antes sobre qué pensamos nosotros sobre la muerte, porque es muy difícil hablar de algo de lo que prácticamente no reflexionas ni piensas. Y no solo reflexionando tú, si no preguntando y sabiendo que piensan los demás a cerca de la muerte. 

Hay que ponen a hablar a los niños de la muerte, no se van a traumar, y quizás nos regalen una gran imagen poética. Para hablar de la muerte no es necesario usar palabras, se pueden usar cuentos, canciones, dibujos... Inluso silencios.

Nosotros somos lo que somos en parte por como afrontamos las pérdidas. La forma en la que los niños afrontan una pérdida los va modelando, transformando en los adultos que van a ser. 

Dejar fuera de la conversación el tema de la muerte es dejar fuera un pedazo de vida 

Proceso de integración de las TIC en los centros educativos

Es cierto que en general los centros educativos no han acabado de introducir las TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) y la mayoría de maestros y maestras que utilizan las nuevas tecnologías es de forma superficial y muy técnica. No utilizan esta nueva tecnología para ir más allá como mejorando el rendimiento de los alumnos o realizando cambios significativos en el proceso de enseñanza/aprendizaje. Digamos que la integración de las TIC en la educación significa que estas mismas se utilicen en los procesos de enseñanza/aprendizaje tanto dentro como fuera del aula para conseguir los objetivos educativos previstos.

La existencia en los centros educativos de una buena coordinación tecnológica, o mejor aún, de un Departamento de Tecnología Educativa que asegure el adecuado mantenimiento de los equipos, la formación tecnológica (y didáctica) del profesorado y la coordinación de las aulas informáticas, será sin duda un factor de gran peso específico para lograr la integración de las TIC en el centro y por ende la mejora de las prácticas docentes.

Para que esta integración resulte satisfactoria y beneficiosa deben haber una serie de cambios en diferentes elementos o áreas:

• Las infraestructuras físicas: El punto de partida para la integración de las TIC en los centros docentes es obviamente la disponibilidad recursos tecnológicos (ordenadores, impresoras y otros periféricos, conexiones a Internet, redes...) debidamente ubicados e instalados, y con un adecuado sistema de mantenimiento. 
•  Los programas y otros recursos educativos: la aplicación educativa de los medios tecnológicos debe realizarse partiendo de la base de que, a pesar de la creciente integración de muchos medios en los soportes informáticos, cada medio tiene sus características específicas y puede resultar idóneo en un determinado contexto. Además estos medios nunca podrán sustituir la experiencia directa ni tampoco las relaciones interpersonales, la afectividad...
• La coordinación técnico-pedagógica: como se desprende de los apartados anteriores, la creciente informatización de los centros hace necesaria una buena organización de los recursos tecnológicos, y exige la existencia de personas responsables de inventariar y mantener estos recursos, coordinar su uso y de asesorar al profesorado. 
• La formación y motivación del profesorado: el profesorado constituye el eje central de todo proceso innovador en educación. El profesorado necesita competencias instrumentales para usar los programas y los recursos de Internet, pero sobre todo necesita adquirir competencias en el uso didáctico de todos estos medios y conocimiento de los nuevos roles docentes, ya que la eficacia que se desprenda se su utilización dependerá de que se utilicen en los momentos oportunos y de la manera más adecuada (según los objetivos y contenidos que se traten, los estudiantes, etc.). 
• La integración de las TIC en el currículum: progresivamente se van integrando las nuevas tecnologías en los programas de los cursos a todos los niveles: enseñanza obligatoria, enseñanza profesional y universitaria, educación no formal... Esta integración de las TIC, obedece a los requerimientos de la actual "sociedad de la información" y pretende capacitar a los jóvenes para desenvolverse en el mundo digital.
• La integración de las TIC en los procesos de gestión del centro: uno de los aspectos básicos de la integración de las nuevas tecnologías en los centros es su uso intensivo en los trabajos de administración y gestión del mismo. En este campo, todos los centros han realizado un notable proceso de informatización de estas actividades.

A modo de conclusión es indispensable que para que se pueda integrar correctamente el uso de las nuevas tecnologías tanto la dirección del centro como los padres y la Administración Educativa colaboren con el fin de conseguir mejorar la educación de los niños y niñas.